Hace dos semanas, con los jóvenes de mi iglesia fuimos a repartir tratados a plaza Catalunya de Barcelona. Nos dividimos y yo fui con Lucas. Tuvimos una conversación muy interesante con un chico que había allí que era estrangero. Nos preguntó que ¿por qué creiamos en Dios? y que él no podía creer porque no se sentía pecador y que cada uno tenía su verdad. Entonces le dijimos que debía haber alguna verdad absoluta y estuvimos hablando del pecado del hombre (la sociedad actual lo demuestra) y de la necesidad que tenemos de un Salvador que nos perdone.
Pensando en esto el Señor me dió este versículo que se encuentra en Romanos 5:8:
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros
Realmente el amor que tiene el Señor para nosotros no es comparable con el que podamos sentir por una pareja o por unos padres, queda extremadamente perfecto porque el amor que Dios sintió y siente por nosotros es perfecto, no tiene nada que lo pueda empañar.
Este versículo nos insta a pensar en ese porque aún siendo pecadores, enfatiza esa parte. Pablo, con esa remarcación hace referencia a todo lo que le hemos hecho y le hacemos, cada vez que pecamos nos apartamos de Él.
Es (salvando mucho las distancias) como si tu le das todo lo que tienes a un amigo tuyo y este prefiere irse apartando de ti. Así es como tratamos al Señor, tal vez, porque no somos conscientes de todo lo que hace por nosotros o tal vez porque no tenemos suficiente fe como para decirle, Señor, aquí estoy, haz conmigo lo que Tu quieras.
Ciertamente no lo se, pero espero que, antes de pecar el Señor nos traiga a la memoria este versículo porque aún siendo pecadores, Cristo murió por nosotros.
El Señor nos bendiga y nos guarde para no caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario