miércoles, mayo 13, 2009

133:1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!
133:2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
133:3 Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.

Salmo 133: 1-3

Es precioso, bellísimo, de gran gozo estar todos los hermanos juntos. Y cuanto más los hermanos en Dios, que somos hijos Suyos.
Los dos versículos que marcan el pasaje, para mi, son el versículo uno y la segunda parte del versículo tres. Cuando estamos con los hermanos, todos los hijos de Dios juntos nos gozamos muchísimo. ¿Porque? porque tenemos algo en común que es grandioso, a Dios mismo. Y alrededor de Él se hacen conversaciones, exhortaciones, consejos, alabanzas, oraciones, estudios, etc.
El sentido de todo y de toda esa relación es Dios y el amor que Él nos regala y podemos tener hacia los demás.
Además el propio Espíritu Santo, quien habita en todos los hijos de Dios, se alegra de encontrar otro hijo de Dios también con el Espíritu Santo en Su interior.

Meditemos en estos versículos y sobretodo disfrutemos de las bellísimas relaciones que Dios nos regala con nuestros hermanos.

Amén.

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