Somos poderosos

Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso.
2a. Corintios 12:10

Este versículo me ha sido de mucho aliento en momentos en los que el mundo, satanás y yo mismo estaban haciéndome caer.

Cuantas veces oímos cristianos alrededor del mundo que están sufriendo por predicar el evangelio. O cuantas veces nos sentimos flacos, necesitados, perseguidos, en angustia por hablar de Dios.

Este versículo nos anima a que, en ese momento en el que, por predicar el evangelio somos perseguidos o satanás nos hace flaquear, somos poderosos. Parece un sinsentido, como puede ser que si soy flaco sea poderoso? La respuesta es que el Señor nos hace poderosos. En el momento en el que nos entregamos a Él, nos hace poderosos para vencer. En el momento que sufrimos por Cristo, Él nos da lo que nos falta. En el momento en que somos capaces de negarnos (humillarnos) y vivir para Dios, seremos los más poderosos del mundo porque tendremos el poder de Cristo en nosotros.

Dios nos bendiga y nos ayude a vivir para Él en toda nuestra vida porque entonces nada nos podrá apartar de Su amor y de Su poder