Mi escondedero y mi escudo eres tú: En tu palabra he esperado.
Salmo 119:114
Hoy ha sido mi primer día de trabajo como maestro.
Esta mañana estaba muy nervioso, pocas veces en mi vida lo he estado tanto. En ese momento he recordado este versículo juntamente con el salmo 23 (aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno) y me ha sido de mucha tranquilidad.
Realmente si todos fuéramos conscientes de lo que Dios hace por nosotros en cada momento de nuestra vida, los momentos en los que pasamos tantos nervios se acabarían porque nuestra fe en Dios impediría cualquier temor humano.
El Señor nos bendiga y nos ayude a tener fe en El para que se nos vayan todos los temores y vivamos una vida plena en lo único que vale la pena.
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