lunes, junio 29, 2009

Dones

Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. (Santiago 1:17)

Siguiendo con lo que ayer nos contó Isma, en la misma introducción de la reunión de comunión de la tarde, el hermano Henri hizo un comentario que me llevó a este versículo. Dijo que hace un tiempo leyó en un libro una frase que decía algo parecido a esto: Si Dios mandara a dos ángeles a la tierra, uno a gobernar todo el mundo y el otro a barrer una calle de un pequeño pueblo perdido. Seguro que los dos ángeles harían su faena contentos, felices, con ilusión y seguro que el que barre la calle no le pediría explicaciones a Dios del por qué él no está gobernando el mundo ni al revés.

Dada esta afirmación ¿por qué los hombres no somos así? ¿Por qué los hombres no somos capaces de aceptar y dar respuesta al don espiritual que Dios nos ha dado? ¿Por qué, si Dios nos manda algo queremos ser lo que, aparentemente, resulta más destacable? todas estas preguntas me las hago primeramente a mi porque realmente no puedo dar respuesta a la mayoria de las preguntas.

Como conclusión podamos dar respuesta a nuestro Dios con el don que nos ha dado y, lo ejerzamos gozosos y a sus piés para que realmente el don (espiritual, no natural) que nos ha dado sea ejercido deacuerdo a Su voluntad.

Dios os bendiga

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