domingo, mayo 17, 2009

Eunuco

Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató á Felipe; y no le vió más el eunuco, y se fué por su camino gozoso.
(Hechos 8:39)

Hoy, creo que no sería justo actualizar, si no tuviéramos en cuenta el bautismo del Efraín, un jóven hermano nuestro y un gran amigo, tanto de Isma, como de Lidia como mío.

En el bautismo ha predicado su tío Jonathan (pastor de una iglesia de las Canarias) que ha compartido estos versículos y realmente hay un punto de los que ha compartido con el que querría actualizar hoy. Este punto se encuentra el Hechos 8:39.

El hecho era que el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, cuando el eunuco se bautizó, Felipe ya no estaba. El hecho no acaba aquí, sinó que el eunuco se fue GOZOSO. Era un eunuco, había perdido su virilidad, quizá en el pasado, debió hacer muchos errores, no lo sabemos, pero, en ese momento creyó, y cuando creyó su corazón cambió. ¿Acaso los que se burlaban de él no seguían? ¡no! pero había cambiado su corazón. El bautismo es el acto de testimonio del paso de muerte a vida.

Cuando creemos en Dios, nuestro corazón cambia, el Espíritu Santo entra en nuestro corazón y somos sellados eternamente. Quizá pagaremos lo pasada. El pastor nos comentaba que había un pastor en Galícia que había cometido muchos errores en el pasado y tenía anticuerpos del VIH. El mismo decía que cuando creyó en Dios, le cambió el corazón y los actos, pero debe pagar por lo que había hecho.

Dios nos ayude a verle como algo real y seguir gozosos nuestros caminos!

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