viernes, septiembre 25, 2009

Nuevas criaturas




De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17

Hoy me ha venido a la mente este versículo. El Señor nos promete renovación, nos promete una vida nueva y gratuita gracias a su maravillosa gracia. Él crea una nueva criatura en nuestro interior que tendrá que luchar con nuestro antiguo yo hasta que lleguemos al cielo. Pero aunque tengamos lucha podemos estar tranquilos, todo lo antiguo ha pasado, lo que éramos antes ya no importa pues Dios nos perdona todos los errores, pecados, malas acciones, etc. Y nos justifica por el sacrificio de Su Hijo Jesús en nuestro lugar, que era el único que podía ocuparlo.

Así que podemos estar tranquilos, podemos estar firmes, ya no tenemos que comportarnos como antes de estar en Cristo, ahora podemos estar al lado de Dios, cogernos a Él y caminar en Su gracia, Su Gran Regalo Sorpresa, pues ¿quien se esperaba tal salvación? ¡Disfrutemos de la nueva criatura que Dios nos ha dado!

Pero hay una clave, un puntal en este versículo y en los anteriores que siempre se nos escapan por ser más difíciles de cumplir o por entrañar más dificultad para nosotros, estamos hablando de la muerte. La primera parte del versículo 17 (el que hemos citado arriba) dice: "El que está en Cristo". ¿Cual es el requisito para ser nueva criatura? estar en Cristo. No haber estado en Cristo sino estar actualmente en Él. ¿Y como se está en Cristo? Esto me lleva a unos versículos más atrás, en muerte:

Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;
y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
2 Corintios 5:14,15

¡Ah amigo! Que gran punto se nos olvidaba. No puede haber nueva vida, no puede haber renovación ni pueden pasar las cosas viejas sino hay muerte.
Pero muerte, ¿por parte de quien? Si Cristo ya murió por nuestros pecados ¿donde cabe ahora otra muerte? La muerte que viene ahora, o sea la nuestra, es imprescindible si queremos estar en Cristo y por lo tanto ser nuevas criaturas. Hasta ahora habíamos vivido poniéndonos a nosotros mismos como reyes de nuestras vidas, ahora todo cambia. Conocemos a Jesús y es Él el Rey de nuestra vida. Así que, ¿como vamos a dejar que Él sea el rey si ya hay otro puesto (nosotros)?
La solución es evidentemente morir a nosotros, a nuestros deseos, a todo lo que va en contra de la voluntad de Dios, etc. Ese es un camino arduo y dificil por el que tenemos que pasar y en el que Dios nos enseña un monton de cosas.
Os animo a que sigamos todos juntos aprendiendo cada día a dejarle una parte más grande de nuestra vida a Dios negándonos a nosotros mismos.

Y nunca olvidéis hermanos que es aquí, en la tan dura e indeseable muerte nuestra, donde Dios trabaja y nos da de Su preciosa Vida. Entonces es cuando de nuestro interior brotan ríos de agua viva, caudalosos y repletos de agua.

No hay comentarios: