Antes de empezar el breve estudio querría pedir oración porque esta tarde un grupito de jóvenes vamos a visitar a un hermano que está en el hospital, sobretodo orar porque la Palabra de Dios sea proclamada de la manera que Dios quiere.
Jon 1:11 Y dijéronle: ¿Qué te haremos, para que la mar se nos quiete? porque la mar iba á más, y se embravecía.
Jon 1:12 El les respondió: Tomadme, y echadme á la mar, y la mar se os quietará: porque yo sé que por mí ha venido esta grande tempestad sobre vosotros.
Jon 1:13 Y aquellos hombres trabajaron por tornar la nave á tierra; mas no pudieron, porque la mar iba á más, y se embravecía sobre ellos.
Los marineros al ver lo que el Señor estaba haciendo, le preguntan a Jonás que pueden hacer, no saben que hacer para que el mar se aquiete y buscan solución en preguntarle a Jonás.
El siguiente versículo me gusta mucho, porque se muestra el arrepentimiento de Jonás y el querer salvar a los pobres marineros, que sin quererlo ni beberlo, se habían visto implicados en la consecuencia del pecado de Jonás. Aquí también podemos hacer un símil, respetando mucho las distáncias, entre Jonás y el Señor Jesús (dicho con toda reverencia). El Señor Jesús murió para salvarnos a todos, Jonás se sacrifica para salvar a unos marineros. Hay una relación con el salmo 62 que dice así:
Psa 69:1 Al Músico principal: sobre Sosannim: Salmo de David. SALVAME, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.
Psa 69:2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie: He venido á abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Después dice que intentaban que el mar se pusiera bien pero el Señor no podía parar la tormenta hasta que Jonás no fuese hechado a la mar, ya que estaba desobedeciendo deliberadamente al mandato de Dios.
Bien, amigos y hermanos, aprendamos a que debemos arrepentirnos, ya que, constantemente desobedecemos deliberadamente a Dios y que cada vez que pecamos tiene una consecuencia directa en nuestra vida, sobretodo en nuestra vida espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario