domingo, abril 12, 2009

El carcelero de Filipos

Hch 16:25 Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
Hch 16:26 Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
Hch 16:27 Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
Hch 16:28 Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
Hch 16:29 El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
Hch 16:30 Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
Hch 16:31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
Hch 16:32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estan en su casa.
Hch 16:33 Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
Hch 16:34 Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.

Para entrar en situación hacen falta todos estos versículos, pese a que el pensamiento será breve. Os quiero compartir estos versículos porqué los compartí hoy en la escuela dominical con los niños my me hizo mucho bien.

Orientándonos, Pablo y Silas son presos, entonces estaban cantando y orando y caen los muros, el carcelero se quiere matar pero Pablo y Silas le dicen que no, ya que ningún preso se ha escapado.

Me llamaba la atención el testimonio de Pablo y Silas. Comparaba ese testimonio con una fruta podrida y una que está bien. Me preguntaba: ¿cuál es mi testimonio? ¿cuál es mi fruto? El fruto de Pablo y Silas era bueno, solo con su testimonio el carcelero conoció al Señor. La pregunta consiguiente es: ¿por qué mi testimonio no es así si tengo al Espíritu Santo dentro mío? ¿por qué los de alrrededor mío que no conocen a Dios no se convierten por mi fruto?

La Palabra lo dice, por sus frutos los conoceréis.

Solo quería dejar este pensamiento y plantearme que fruto estoy dando y si no es el que Dios quiere, como cambiarlo.

Dios nos bendiga

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