domingo, abril 26, 2009

Oir la voz

Heb 3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
Heb 3:8 No endurezcáis vuestros corazones Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto

Perdonad por no haber actualizado en toda la semana pero ha habido algún malentendido para saber quien y cuándo debía actualizar.

Voy a hablar de manera breve de lo que dicen estos dos versículos. A veces pensamos que solo son para los que no conocen a Dios pero realmente, son dos versículos aplicables para todos.

Primeramente sabemos que el Espíritu Santo habla, por tanto sabemos que podemos oir su voz. Cada cosa que nos sucede tiene un razón de ser, no existen las casualidades, por tanto, si alguien oye del Señor no es por casualidad, hay algo metafísico en ello. Por lo tanto, cuando Dios nos hable, no endurezcamos nuestros corazones, seamos conscientes de què nos está diciendo y humillémonos a su voz para que Él actúe en nosotros. Si le conocemos para santificación y sinó para salvación.

Que Dios nos bendiga para oir su voz y tener un corazón tierno.

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