martes, marzo 23, 2010

RENUNCIO

La seguridad es algo imprescindible para la vida del ser humano. Hoy en día, la mayoría de la gente entiende que "seguridad" es tener un hogar acogedor, un buen trabajo estable, las mayores comodidades posibles... Pero, ¿es esto realmente? Puede que todas estas cosas hagan que uno se sienta seguro, pero entre "sentir" y "estar" hay un trecho...

La vida de un cristiano no tendría que estar centrada exclusivamente en estas cosas. Un cristiano planea, pero Dios dirige sus pasos. Un hijo de Dios comprueba cuál es la voluntad de Dios para su vida, y Él confirma. ¿No os ha pasado nunca que tomas una decisión, vas por un camino pensando que es el mejor que has podido tomar... y, inesperadamente, tienes que detenerte porque parece ser que no es por aquí por donde Dios quiere que vayas? A mí sí...

Muchos desean servir a Dios con sus vidas, de distintas formas, y le preguntan: "¿Qué quieres que haga, qué quieres que sea, cómo puedo agradarte?" Pero llega el día en el que Dios les muestra claramente qué quiere de ellos. Entonces, alarmados, agachan la cabeza y le dicen: "gracias, Señor, sólo quería saberlo..." Tenemos tanto miedo a despojarnos de esa falsa seguridad, que no somos capaces de obedecer; no queremos renunciar a aquellas cosas que no tienen la importancia que les damos y que nos crean impedimentos. Con esto no estoy diciendo que hemos de dejar el trabajo, los estudios, vender la casa... y abandonarnos "a la mano de Dios". No todos estamos llamados a hacer algo así. Pero quizá, en tu vida, hay acciones, sentimientos o cosas que no te están dejando obedecer la voz de Dios. Quizá hay cosas que te tienen tan atado que no te permiten dar raíces y brotar. O quizá sí te dejan brotar, pero no te dejan dar fruto. Quizá el sentimiento de pertenencia a tal sitio o a tal cosa es imprescindible en ti, porque el simple hecho de pertenecer a Dios no te es suficiente. Quizá vives disfrazado de "cristiano íntegro" pero, en verdad, tu mayor preocupación eres tú y, si te sobra tiempo, piensas en tus hermanos en Cristo, los necesitados... Entre otras cosas.

Puedes pensar que no importa lo que hagas, porque al final los propósitos de Dios se cumplirán. Y es cierto, amigo, pero si no obedeces, si no renuncias, perderás muchísimas bendiciones.

RENUNCIO. Renuncio, por mucho que me cueste, a todas aquellas cosas que me impiden emerger. Renuncio a vivir para mí, renuncio a la falsa seguridad. RENUNCIO. El Señor Jesús, siendo Dios, renunció a muchísimas cosas más, y lo hizo por mí. ¿Quién lo merece más que Él?

Que el Señor nos ayude. ¡Gloria a Él!
Bendiciones!

Salmo 139: 23, 24
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno."
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Lucas 9:22-25
y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?
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Romanos 12: 2
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"
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1 comentario:

Isma dijo...

Amen hermana! :) gloria a Dios!