lunes, febrero 16, 2009

Olor fragante

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;
a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?

2 Corintios 2:14-16
¿Olemos a crisitanos? parece una pregunta extraña, pero lo único que quiero es ilustrar nuestra identidad como cristianos en algo que "se huela". "Me huelo algo extraño" decimos aveces para referirnos a la intriga de algo, pero ¿podría la gente con la que nos relacionamos decir lo mismo sobre nosotros? "Me huelo que este tiene algo raro"
La tendencia que tenemos muchas veces las personas (yo el primero) es a pasar desapercibidos entre las personas no creyentes y a intentar "igualarnos" a su manera de conversar, estar, comportarse para que cuando estamos con ellos no desentonemos y no llamemos mucho la atención. Para nuestra vergüenza (con todo el amor del Señor lo digo) estamos haciendo mal, MUY MAL. Estamos tirando por la borda la nueva vida que Cristo nos dió al morir en la cruz por nosotros y además estamos siendo egoístas por no compartir nuestro gran tesoro con los demás.
El Señor dice que debemos ser sal y luz y muchas veces por vergüenza o por comodidad decidimos apagarnos o quitarnos el sabor a salado. Personalmente es una prueba muy dura para mí y algo en lo que tropiezo día a día, aun y saber que hago mal, mi yo puede más que el Espíritu Santo y es algo que debo cambiar. Y todo este tiempo que estoy "gastando" en no pasar vergüenza o en estar más cómodo lo estoy perdiendo de bendición de Dios para mi vida.
Pues os animo a que luchéis, no os canséis de intentar hacer la voluntad de Dios porque estoy seguro que Él terminará la obra que tiene en cada uno de nosotros como dice en la Biblia. Si podeis ser sal y luz sin impedimentos, gloria a Dios. Disfrutad de la libertad en Cristo sirviéndole y estando cerca suyo. Es la mayor bendición que un ser humano puede desear, estar al lado de Su Creador.

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Mateo 5.13-14
Que Dios os bendiga.
Amén.

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