Psa 51:16 Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; No quieres holocausto.
Psa 51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Buenos días. Soy el Isma, nem per feina.
En el antiguo testamento, el Señor puso una serie de sistemas de sacrificios y ofrendas hacia Él que los hombres debíamos hacer para limpiar nuestros pecados. El Señor Jesús, cuando muere en la cruz, es el último sacrificio por nosotros, y ya no necesitamos llevar ofrendas ni animales a Dios para quedar limpios de nuestras maldades. Puestos en ese contexto tenemos este versículo. Además de para expiar pecados, los sacrificios de animales (corderos, becerros, etc.) servian para agradar a Dios. Cada persona ofrecía lo mejor que tenía a Dios, ya fuera el cordero más blanco, o el becerro más fuerte, lo que fuera. Esto lo podríamos comparar con grandes ofrendas que gente rica puede hacer a proyectos e iglesias cristianas, grandes lucimientos y despliegues de infraestructuras para hacer alguna campaña evangelistica.
Pero lo que dice el versículo es que Dios no busca todas esas cosas, no busca lucimientos, dinero, animales sacrificados,etc. Lo que busca de verdad, lo que es importante en el fondo de la cuestión es nuestro corazón. Tiene que ser un corazón directamente humillado ante Él, servil, humilde, contrito, quebrantado. ¿Para qué? pues para que Él pueda trabajar en nosotros, hacer de nosotros lo que Él quiera, usarnos, etc. ¿Y quién nos podrá usar mejor que nuestro Creador? pues nadie, ni nosotros mismos.
Dejarnos llevar por Él es lo mejor que podemos hacer, darle nuestra vida en servicio. No hay otra cosa que le agrade más. Si nuestro corazón se comporta así, muy pronto nos veremos grandemente bendecidos. Dios os bendiga mucho.
Toda la gloria sea para el Señor.
Gracias por pasaros!
=)
No hay comentarios:
Publicar un comentario