Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
Isaías 9:6
Este fragmento lo desglosaron muy bien los hermanos jóvenes de la Iglesia Ekklesia, en Maragall el pasado domingo. Yo solo voy a hacer un muy breve resumen.
Vemos que este versículo está en el antiguo testamento. ¿Como puede ser entonces que nos hable del Señor Jesús? La respuesta es muy simple, el Senyor le dió a Isaías esa visión que posteriormente se cumpliría con el nacimiento del Señor Jesús.
Se le atribuyen muchos nombres y todos en mayúscula:
Admirable: digno de admiración. En hebreo, esta palabra también significa maravilloso, prodigioso.
Consejero: advierte con amor.
Dios fuerte: es mucho más poderoso de lo que nos podemos imaginar. En hebreo también significa intenso.
Padre eterno: Es nuestro Padre. El que nos cuida y siempre nos dará lo mejor para nosotros aunque a veces nos duela.
Príncipe de paz: Este es el adjetivo que me da más alegría. Es príncipe de paz porque con su muerte nos reconcilió. Nos dió la paz mediante la intervención del Espíritu Santo.
Recordando todo esto que el Señor os bendiga en estas fiestas y en toda vuestra vida acordandoos de lo que el Señor Jesús ha hecho por cada uno de nosotros.
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