Siempre he vivido, desde que soy creyente, la realidad de que si no entregamos todo nuestro ser, todos nuestros sueños, toda nuestra vida a Dios no podremos tener una vida a Su lado lo maravillosa que Él querría para nosotros, siempre será algo mediocre. Es como el que no tiene fe completa o el que duda, que es como una ola (Santiago 1:6).
El Señor es un Dios de absolutos, nada de relativos. Absolutos para Él: Dios existe, Dios nos ama, Dios ha enviado a su hijo a morir por nosotros y muchas otras cosas que son verdad, La Verdad. Haciendo un pequeño paréntesis, si Dios no fuera de absolutos habría bastantes problemas, pues no podríamos confiar en nadie; "bueno si, Dios trajo a su hijo pero no nos salvó del todo, en el Señor somos salvos hasa cierto punto... el Señor Jesús AVECES es la Roca en la que nos sustentamos" (hablo en broma). Sería un horror encontrar relativos de este tipo. No sería pensable vaya.
Siguiendo con el argumento, si Dios es un Dios de absolutos, nosotros Sus hijos debemos también serlo. Vemos como en este mundo hay pocos absolutos y esa es una de las cosas que lo hacen ir mal, no hay nada en que apoyarse, todo es relativo. Ni bien, ni mal, ni correcto ni incorrecto.... todo relativo. Así que Dios quiere que seamos gente de absolutos, básicamente porque así es como nos irá bien. Si siemrp sabemos en Quién apoyarnos, qué hacer, que creer, etc. Vamos a ir firmes por la vida, con absolutos.
¿Y porque os explico todo esto? Quiero llegar a la conclusión de que de la misma manera que Dios es absoluto en Él mismo y nos da promesas absolutas y preceptos claros y cien por cien absolutos también, nosotros debemos ser absolutos de la misma manera.
Absolutos en nuestras vidas. Absolutos mirando al Señor. Absolutos cuando debemos seguir a Dios. Absolutos cuando debemos entregarle nuestras vidas a Dios para que Él las transforme, si nos quedamso algo, ya estamos siendo relativos, hay una parte de nuestra vida que Dios no controla y nos va mal, ¿porque? porque no estamos confiando absolutamente en Dios.
Si queremos tener un vida plena en Cristo debemos dejarla TODA al 100% en Sus manos, sino siempre iremos como las olas o como las montaña rusas: arriba, abajo, arriba, abajo... el Señor quiere TODO nuestro corazón para cambiarlo y darnos luz, Su Luz, que es maravillosa y perfecta.
Entonces, cuando se lo enteguemos todo a Dios y sea Él quien reine en nuestras vidas verdaderamente seremos llenos, felices, libres, dichosos, y en definitiva estaremos radiantes de alegría. Pero sin absolutos aquí no podemos ganar.
que Dios nos bendiga y nos ayude a hacer de verdad nuestra vida un absoluto para Él.
Amén.
1 comentario:
AHHHHHHHHH!!! Me encanta!
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