miércoles, septiembre 10, 2008

Haciendo bien siempre

Hoy he ido a trabajar al negocio familiar como cada día, como ayer, como antesdeayer y -si Dios quiere- como mañana. Cada día es lo mismo, trabajar trabajar y más trabajar. No hay día de descanso para mí, excepto los festivos. Yo soy estudiante así que lo lógico sería estar aprovechando mis vacaciones como los demás estudiantes antes de empezar el nuevo curso, pero no, debo trabajar para ayudar a mis padres.
La verdad es que no me importa hechar una mano, pero llega un momento en que - por lo menos a mí me pasa- te cansas, quedas agotado y empiezas a hacer las cosas con desagrado, con desgana y también con enfado.
El Señor Jesús trabajó mucho por nosotros, hizo mucho más de lo que nosotros nos merecíamos y padeció muchísimo mas de lo que nosotros - o yo - podemos padeecer trabajando. Estemos en la situación que estemos, aunque estemos agotados, debemos seguir haciendo el bien, debemos seguir en esa línea en la que Dios nos mueve, con Su Espíritu Santo. Con amor, paciencia, paz, gozo, benignidad. Aunque aparentemente las circunstancias no sean las mejores deseadas.
Un versículo que me ayudó mucho a entender que aunque estemos en dificultades debemos seguir en la actitud a la que el Espíritu Santo nos guia es este:

De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 1ª Pedro 4:19

Pedro nos insta a que sigamos haciendo el bien, aunque suframos ( y aquí hablamos de cosas mucho más importantes que un simple cansancio laboral). Aunque las cosas se pongan difíciles para anunciar el evangelio, para ser creyentes genuinos dando testimonio, debemos seguir, con la ayuda de Dios, haciendo el bien. Debemos ser mansos, como el Señor Jesús fué manso para dejarse sacrificar en la cruz.
Debe ser el Espíritu Santo del Señor el que nos guie y nos mueva durante TODO el día. Desde la mañana hasta la noche.

Que el Señor nos bendiga.
amén.

No hay comentarios: