Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Lleguemos ante su presencia con alabanza;
Aclamémosle con cánticos.
Porque Jehová es Dios grande,
Y Rey grande sobre todos los dioses.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra,
Y las alturas de los montes son suyas.
Suyo también el mar, pues él lo hizo;
Y sus manos formaron la tierra seca.
Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
Salmo 95:1-6
Los dos primeros versículos (cuatro líneas) nos hablan de que "debemos" alabar al Señor, aclamarle, cantarle con júbilo... Y pongo "debemos" entre comillas porque no es una obligación. Dios nos da libertad, ahora sí, las consecuencias siguen estando ahí. Lo lógico es que debamos alabarle, ¿porque? pues porque ha hecho el universo, los planetas, la tierra, a nosotros mismos, nos ha amado, nos ha hablado, ha enviado a Su Hijo Jesús, el Cristo, para morir por nosotros.... y infidad de cosas más, así que lo justo és que se deba alabar a Dios.
La cosa está en que no debe ser un deber, o una obligación, o que debamos alabar porque es lo que toca, no. La alabanza que Dios quiere es una alabanza de corazón, de espíritu, de verdad. Dios no quiere que le alabemos hipócritamente. La alabanza a Dios debe ser una alegría para nosotros, debe ser un gozo poder alabar a Quien nos ha hecho tanto bien, Quien nos ha amado hasta la muerte, Quien nos lo ha dado todo y nos lo sigue dando aunque pequemos. Por eso dice "aclamemos alegremente a Jehová". Cuando alabamos a alguien también estamos contentos.
Cuando un estadio lleno de gente corea el nombre de un famoso jugador por ejemplo. Estan tod@s content@s. Ven lo que hace, las jugadas que hace, los goles, etc.
Salvando las distancias y con toda reverencia ante el Dios omnipotente, cuando alabamos a Dios también estamos contentos por lo que ha hecho, por lo que vemos que hace en nuestras vidas, por las maravillas y las perlas que nos regala cada día.
Pues hermanos alabemos muy alegremente a Dios, de todo corazón, al ver todo lo que ha hecho y hace por nosotros en nuestra vida día a día.
Amén y que Dios os bendiga =)
La cosa está en que no debe ser un deber, o una obligación, o que debamos alabar porque es lo que toca, no. La alabanza que Dios quiere es una alabanza de corazón, de espíritu, de verdad. Dios no quiere que le alabemos hipócritamente. La alabanza a Dios debe ser una alegría para nosotros, debe ser un gozo poder alabar a Quien nos ha hecho tanto bien, Quien nos ha amado hasta la muerte, Quien nos lo ha dado todo y nos lo sigue dando aunque pequemos. Por eso dice "aclamemos alegremente a Jehová". Cuando alabamos a alguien también estamos contentos.
Cuando un estadio lleno de gente corea el nombre de un famoso jugador por ejemplo. Estan tod@s content@s. Ven lo que hace, las jugadas que hace, los goles, etc.
Salvando las distancias y con toda reverencia ante el Dios omnipotente, cuando alabamos a Dios también estamos contentos por lo que ha hecho, por lo que vemos que hace en nuestras vidas, por las maravillas y las perlas que nos regala cada día.
Pues hermanos alabemos muy alegremente a Dios, de todo corazón, al ver todo lo que ha hecho y hace por nosotros en nuestra vida día a día.
Amén y que Dios os bendiga =)
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