Porque no seamos engañados de Satanás: pues no ignoramos sus maquinaciones
Para que no permitamos que ninguna ventaja sea ganada sobre nosotros por Satanás
Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego (Romanos 1:16)
Antes de empezar con el pensamiento espiritual quisiera comentaros que dentro de poco pondremos un link a otro blog. Es de un hermano de Chicago que contactó con nosotros hace poco, un buen hermano en la fe. Él tiene un blog parecido al nuestro y vamos a "colaborar" para llevar el evangelio hasta donde podamos. Dicho esto comentaré un versículo que llevo mucho tiempo pensando.
Mar 8:34 Y llamando á la gente con sus discípulos, les dijo: Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Este versículo me gusta mucho, porque es uno de mis talones de aquiles, pero además porque sé que cuando logro superarlo obtengo vida nueva y maravillosa en el Señor Jesús. Supongo que a mucha gente le pasará, pero yo cuando me tengo que negar (y eso tienee que ser siempre si queremos que el Señor viva en nosotros) me encuentro una gran resistencia de mi mismo. És algo que siempre me ha costado mucho, y supongo que será porque el "yo" es demasiado fuerte.
No nos hemos de negar porqué sí, sino que lo debemos hacer si queremos seguir al Señor. Lo bueno es que, si nos negamos a nosotros mismos, el Señor vendrá a morar en nosotros y tendremos una vida nueva en Él. En cambio si no nos negamos dejandole el control de nuestro ser al viejo hombre o al "yo" seguiremos con pecado, frustraciones, etc.
El problema que yo tengo en este versículo está en la negación y en tomar la cruz, todo va junto. Esto significa que debemos dejar que el Señor gobierne nuestra vida con Su Espíritu Santo, siempre, dejando nuestros deseos, gustos, etc. a un lado. Esto de por sí ya es un handicap.
Y luego que debemos coger la cruz, que sería sacrificarnos a nosotros mismos. Incluso hasta llegar a la muerte, pues ¿que discípulos seríamos si no estuvieramos dispuestos a morir por el Señor que hizo lo mismo por nosotros? además todos sabemos donde iremos cuando muramos, al cielo con el Señor.
La conclusión es, que si queremos hacer lo que decía ayer Jordá en su entrada "para mí el vivir es Cristo" (lo decía Pablo), debemos negarnos a nosotros mismos, mirando siempre al Señor y Su voluntad y no la nuestra. Hemos de morir nosotros mismos, crucificar nuestro "yo" en la cruz con el Señor Jesús y dejar que el nuevo hombre o la neuva criatura que el Señor hace através de Su Espíritu Santo en nosotros sea la que mande en nuestro ser. Que el Señor sea nuestro Pastor siempre. Amén
Que el Señor os bendiga
18 Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos.
19 Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio,
Coraza = justicia
Calzado = disposición
Escudo = fe
Casco = salvación
Espada del Espíritu = Palabra de Dios
El Señor nos manda que nos vistamos con su armadura. Lo que más me llamó la atención es el calzado ya que hace referencia a tu disposición para proclamar el evangelio de Jesús. La fe es lo más importante diría yo, porque con ella “apagamos todas las flechas encendidas del enemigo”, es decir, que Satanás no tiene nada que hacer. Y por último destacar la espada del Espíritu relacionada con
Hola. Lo sientoooooooooooo!! No me peguéis porfaaaaaaaaa!!! Este fin de semana no actualizamos porque nos fuimos pasando la pelota y al final nadie escribió.
Este domingo hablaron de Colosenses 2: 6-23. No se si vale la pena comentarlo, porque solo leyéndolo queda más claro que el agua.
Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.
Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.
Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud. Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo. Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.
Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.
Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo. No dejen que les prive de esta realidad ninguno de esos que se ufanan en fingir humildad y adoración de ángeles. Los tales hacen alarde de lo que no han visto; y, envanecidos por su razonamiento humano, no se mantienen firmemente unidos a
Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: «No tomes en tus manos, no pruebes, no toques»? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humildad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa.
Si alguien busca una autentica libertad, sólo la hallará en Jesús. Puedes pensar que ya eres libre porque haces lo que quieres, pero lo único que haces es engañarte a ti mismo. Nada ni nadie conoce la verdadera libertad asta que no recibe a Jesús en su vida. Este mundo y la maldad nos ata, pero Dios tiene el poder para romper las cadenas.
Y si ya recibiste a Jesús en tu corazón nada debe hacer que desvíes tu mirada de Él. Hay muchas cosas que ocupan nuestra mente, nuestro hacer y toda nuestra vida, incluso a veces creemos que son buenas o son la voluntad de Dios pero si Jesús no es el centro de todo nuestro ser la religión acaba ocupando el primer lugar. Y hay una frase que escuché que me gustó: “cuando no hay espiritualidad se sustituye por religiosidad”. El camino más cómodo es aferrarse a la religión pero, ¿estarías dispuesto a abandonarlo todo y a confiar sólo y exclusivamente en Dios? Por mi experiencia puedo decirte que no es fácil, cuando más cerca quieres estar de Dios más ataca el enemigo, pero también puedo decirte que, ¡vale la pena! ¿Te atreves?