(versículos facilitados por gentileza de mi madre)
Jas 5:7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Jas 5:11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Hoy querría hablaros sobre estos dos versículos.
Los dos nos hablan de la paciencia, de que debemos tenerla y de que al final seremos bienaventurados con ella. La vida espiritual muchas veces es más lenta de lo que querríamos que fuese, y entonces nos desanimamos y perdemos la fe, etc. Pero aquí el Señor (por medio de Santiago) nos dice que no debe pasar eso. Debemos tener paciencia, primero nos dice quel a tengamos hasta la venida del Señor y lo compara a un labrador con los diferentes periodos de lluvia temprana y tardía.
El segundo versículo ya nos muestra un ejemplo de bienaventurado que sufriendo y teniendo paciencia al final salió bien de todo, este es Job. Todos conocemos su história que al final acaba mucho mejor de lo que él nunca podría haber llegado a imaginar. El Señor le bendijo sobremanera porque Job tuvo paciencia y esperó en el Señor aun cuando se quedaba sin casa, familia, amigos ni salud física. Muchas veces en mi vida (Casi siempre) me gustaria ser un poco "Job" pues no tengo ni esa fe ni esa paciencia que él tuvo.
El otro día me enviaron una reflexión por internet acerca de la paciencia que trata sobre lo que estoy hablando.
Se ve que la planta del bambú Japonés tiene un extraño comportamiento. Durante los primeros meses y años, más concretamente durante los siete años posteriores a haber plantado la semilla, no crece NADA, no pasa nada, no se ve nada aparentemente. Y pasado ese periodo de tiempo, en sólo seis semanas la planta crece unos treinta metros. ¿magia?. No. Se ve que durante esos largos siete años la planta está haciendo un complicado sistema de raíces para poder aguantar los treinta metros de bambú que crecerán.
Seamos pacientes, aunque no demos frutos aparentes, no nos cansemos de estar en el Señor, esperar y confiar en Él que a su tiempo nos bendecirá si seguimos por Sus caminos.
Que el Señor os bendiga, amén.
(Si quereis profundizar más leeros santiago 5 desde el versícul 7 hasta el final, a mi me ha hecho mucho bien)
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