Antes de hablar del tema de hoy, me gustaría destacar la nueva ley que se intentará aprobar la semana que viene, según tengo entendido, sobre la necesidad de un permiso del ayuntamiento para reunirse con fines religiosos. Creo que es un tema por el cuál debemos orar y posteriormente, actuar con la ayuda del Señor.
Dicho esto, me gustaría hablaros muy brevemente de un versículo que se encuentra en 1a de Timoteo 4:16 y dice así:
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren
Doctrina, significa enseñanza, y la pregunta obligada es, ¿por qué debe tener cuidado de la doctrina? La razón es muy simple, su doctrina no servirá de nada si su vida no está concorde a esa doctrina. Un ejemplo muy exagerado sería el caso de un ladrón que enseña a los jóvenes que no deben robar. Si los jóvenes ven que es un ladrón, ¿de que les servirá esa enseñanza? de nada.
No me acostumbro a referir a personajes fuera de la Bíblia pero Calvino tiene una frase muy interesante aplicable a este versículo que dice así:
Los dos requisitos de un buen pastor; su enseñanza no aprovechará a menos que su vida esté de acuerdo con ella; y su propia pureza no basta a menos que sea diligente en la enseñanza.
El cuidado de si mismo es suficientemente evidente, si puesdes tener cuidado en la doctrina que das si, primeramente no tienes cuidado en la doctrina que tu tienes y, como hemos dicho anteriormente, si no se muestra en tu vida.
Posteriormente, la segunda parte del versículo puede llevar a confusión según la manera interpretativa que se tenga de éste. Esta parte no significa que podamos ser salvos o salvar a otra gente por obras, tal como cree la iglesia católica y otras religiones. La salvación es dada por la gracia de Dios.
Por ejemplo en Efesios 2:8 nos dice:
Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios
Otro ejemplo, en Tito 3:5:
No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo
Hay muchos más ejemplos, pero lo que quiero dejar claro en el día de hoy es que, primeramente la salvación no es por obras, es por la gracia del Señor. Y posteriormente, y creo que es donde más fallo, que la doctrina que enseñamos o que dejamos entrever que tenemos, debe ser cumplida en nuestras vidas, para así, realmente poder ser de testimonio a aquella gente que no la conoce.
Dios les bendiga
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