domingo, julio 19, 2009

Eclesiastés 3:1

Para todas las cosas hay sazón, y toda voluntad debajo del cielo, tiene su tiempo determinado

(Eclesiastés 3:1)



Este versículo resume muy bien todo el capítulo.



Para empezar el capítulo me gustaría hacer un pequeño resumen de, aproximadamente la mitad de éste para despúes profundizar versículo a versículo. Está dividido en 5 partes aproximadamente.



La primera parte es de los versículos 1 al 8 y nos dice que las ocupaciones aquí en la tierra son lícitas en su tiempo y en su orden adecuados



La segunda parte es de los versículos 9 y 10 y trata de que todas esas ocupaciones son vanidad cuándo se les pone en el sitio de Dios, es decir, se las trata como bien principal.

El versículo 11 trata de que Dios hace hermosas todas las cosas en su oportunidad lo que el hombre imperfectamente comprende.

El 12 y 13 habla de que Dios permite al hombre que goce con moderación y virtuosamente los dones terrenos que le concede.

El 14, para acabar hoy, nos explica que lo que nos consuela en medio de la inestabilidad de las bendiciones terrenales, es que los consejos de Dios son inmutables.

Hermanos, disculpen, por esta introducción, mañana empezaremos, analizando más detenidamente los versículos de la primera parte de este capítulo de eclesiastés.

Dios os bendiga



La tercera parte es de los versículos, es decir los versículos 11 y 12

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