jueves, julio 02, 2009

Oración respondida

Hoy voy a hablaros de la oración. Es un pensamiento que ayer Pedro, unos de los ancianos de mi iglesia hizo en la reunion de oración.
Nos situamos en el primer capítulo de Lucas. versículo 5. Ahí empieza la historia de Zacarías, un saerdote, y Elisabet. Los dos eran ya de edad avanzada y no tenían hijos porque Elisabet era estéril. También dice la escritura que los dos eran "justos delante de Dios y andaban irreprensibles delante en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor".
Esto es un resumen muy por encima, os animo a que os leáis el pasaje (Lucas 1:5-20).

Siguiendo con los acontecimientos a Zacarías se le aparece un ángel, el ángel Gabriel y le dice:

Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. (Lucas 1:13)

Pero la respuesta de Zacarías no es muy "buena", veámos lo que dice Zacarías y lo que posteriormente dice Gabriel:

Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.
Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. (Lucas 1:18-20)

Primero vemos que el ángel Gabriel le dice que la oración de Zacarías ha sido oída. Así que Zacarías y Elisabet habrían estado orando por un niño, es lógico que quisieran tener descendencia pues en aquella época (y aun hoy) era muy importante.

Pero seguramente Elisabet y Zacarías ya se habían olvidado de orar por ello, al ser tan viejos y ver que Dios no respondía olvidaron esa oración, la olvidaron hasta tal punto que cuando Gabriel le dice que la oración ha sido oída, Zacarías no lo cree y el ángel le tiene que dejar mudo.

Ahí vemos muchas veces nuestra incredulidad y nuestra falta de fe a la hora de orar. El Señor responde y aveces lo hará como y cuando nosotros esperamos pero hay muchas otras veces que no. Tengamos fe, pues, en Dios, cuando oramos y en Su segura respuesta. Perseveremos pues en la oración con fe.

que Dios os bendiga.

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