domingo, julio 12, 2009

Eclesiastés 2:4-11

Ecc 2:4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;
Ecc 2:5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todos frutos.
Ecc 2:6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.
Ecc 2:7 Poseí siervos y siervas, y tuve hijos de familia; también tuve posesión grande de vacas y ovejas, sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
Ecc 2:8 Me allegué también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y todos los deleites de los hijos de los hombres, instrumentos músicos y de todas suertes.
Ecc 2:9 Y fui engrandecido, y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto perseveró conmigo mi sabiduría.
Ecc 2:10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
Ecc 2:11 Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

En estos versículos Salomón habla de todo lo que hizo, de todo lo que tuvo, de todo lo que fue y su última conclusión es el refrán del cuál ya nos hablamos en el primer capítulo que dice: "todo vanidad y aflicción de espíritu".

El versículo 5 nos habla de que tuvo huertos y jardines, esta palabra (jardines) significa, en hebreo, paraísos. En Armenio y Árabe significa "recreo con flores y plantas cerca de la casa o castillo del rey." Ningún paraíso terrenal puede hacer las veces del celestial.

En el 60 versículo Salomón escribe acerca de estanques. Estos servian y sirven para la irrigación de la tierra. Aún existen tres de tales depósitos, llamados las cisternas de Salomón como a dos mil metros de Jerusalén.

En el 7 nos dice hijos de família, esto quiere decir, hijos de los siervos. Estos habían nacido en el mismo palacio, por tanto tenían más valor que los esclavos.

Pasando directamente al 10 vuelve al tema del placer. Salomón no negó ningún placer a su alma.

Acaba, como ya hemos dicho antes (extraído literalmente del comentario Jamieson-Fausset-Brown): Pero todas estas cosas percibí que eran sólo "vanidad," y de ningún "provecho" tocante al bien principal. La "sabiduría" (el sentido común mundano, la sagacidad), que aun "perseveró conmigo" (v. 9), me enseñó que éstas no me podían proporcionar la sólida felicidad.

Que Dios nos ayude a que nuestra vida esté basada en el bien supremo, que sólo lo encontraremos en Cristo.

No hay comentarios: