miércoles, julio 15, 2009

Eclesiastés 2:16

Porque ni del sabio ni del loco habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el loco.
(Eclesiastés 2:16)

Este versículo me atraía mucho. Me planteaba: cuántas veces he oído entre gente del mundo decir, se que moriré, pero quiero morir dejando algo, es decir, que mi nombre sea recordado.

Este versículo me llevaba a la conclusión: "nada humano es para siempre". Nuestra memoria es corta, las cosas que nos suceden cambian, no hay nada que sea humano que duré siempre.

En contraste a esto tenemos una cosa que si será para siempre. Una de ellas, el recuerdo que siempre tendremos de que el Señor Jesús murió en la Cruz del Calvario para salvarnos, otra sería, que des de que creímos tenemos nuestros nombres en el libro de la vida y no tendremos muerte (separación), otra cosa que es para siempre son las misericordias de Jehová. Así podríamos seguir numerando tantas y tantas promesas que nos da la Palabra acerca de Dios mismo. Sólo Dios nos da cosas que perduran, sólo Dios puede prometer y nunca fallar a Su Palabra.

En conclusión, ser conscientes de que de nuestra vida no se tendrá memória terrenal, pero si memória en el Señor Jesucristo. Dios os bendiga

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