Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se estaba en el monte que se llama de los Olivos.
Y todo el pueblo venía a él por la mañana, para oírle en el templo.
( Lucas 21:37,38)
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
(Marcos 1:35)
Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
(Lucas 5:15,16)
El pasaje principal que me ha llamado la atención hoy es el primero, el de Lucas 21. Si habéis leído los tres pasajes os pido que os volváis a leer solo el primero para hacer más claro lo que quiero explicar.
Bien. La idea es que el Señor Jesús hacia algo de lo que debemos aprender. Dice que primero enseñaba de día en el templo, y de noche, ¿qué hacia? ¿descansaba? ¿se iba a dormir? no, se iba al monte de los Olivos. Y por la mañana volvía a hablar en el templo.
¿a que iba al monte de los Olivos? La verdad es que en ese pasaje no lo pone, pero en los otros dos dice que el Señor Jesús siempre se iba a orar, a tener comunión con Su Padre en lugares desiertos, solo, apartado de la civilización y de la gente. Estaba solo con su Padre. Lo que me llama la atención del primer pasaje es que el motor por así decirlo del Señor Jesús, lo que le daba la guía, la fuerza, era esa comunión con Su Padre, era ese no creerse independiente, ese buscar a Dios Padre constantemente en todo lo que hacía.
Y esa es la actitud de la que yo creo que debemos aprender, vernos, sabernos y creernos completamente dependientes de Dios, de Su amor, de Su guía, de Su misericordia, de Sus planes, dependientes de Él al cien por cien. Y no depender de nosotros mismos.
Si hablamos a mucha gente no apoyarnos en nosotros mismos, si damos testimonio, no hacerlo en nuestras fuerzas, si hacemos algo, sea lo que sea, para Dios, confiar en Él y apoyarnos en Él de todo corazón.
Tener una relación con Él. Que sea Él y sólo Él con Su Espíritu Santo quien nos guie por la vida. Siempre.
Creo que así nos irá muy bien todo.
Eso es lo que el Señor Jesús hacía 2000 años atrás y le sirvió al 100% para cumplir Su misión. ¿estamos nosotros cumpliendo la nuestra? por desgracia yo demasiadas veces no cumplo la mía.
Esforcémonos por intentar parecernos cada día más a Jesús y cumplir la voluntad de Dios para nosotros.
Que Dios os bendiga mucho.
Amén.