domingo, noviembre 08, 2009

EN LO SECRETO

Mateo 6: Jesús y la oración
“5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres;(B) de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,(C) ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”

Jesús y el ayuno
“16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
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Antes, era muy normal ver por las esquinas de Jerusalén a hombres de pie, con las manos levantadas y orando en voz alta para ser vistos por los que pasaban, y la gente que hacía eso, era muy respetada y muy bien vista por el pueblo. O verlos con las caras como zombis y todos guarros para que los demás supieran que estaban ayunando.

Hoy en día, si los cristianos nos dedicáramos a orar en voz alta por las calles, seguramente nos darían collejas o se reirían de nosotros. O si nos viesen sucios y con mala cara, quizás, pensarían que somos unos dejados y amargados. Y pienso que en algunas iglesias también se vería extraño eso de orar así y ayunar.

He leído varias veces este texto para poder entender qué es lo que verdaderamente le desagrada a Dios. ¿Qué lo reconozcamos en público?, ¿que le adoremos o alabemos delante de los demás? No, Dios aborrece a vanagloria y la hipocresía. Quizás ahora, por nuestra cultura y sociedad, podemos vanagloriarnos de otras formas: haciendo cosas en nuestra iglesia o “para Dios” para que los demás nos vean, o por puro interés y beneficio propio; tener una “vida espiritual” aparentemente activa, pero, en el fondo, tener una relación íntima muy escasa o nula con Dios.

No nos acerquemos a Dios por puro interés o carga de conciencia, acerquémonos con un corazón sincero y humilde. No le hablemos por hablar, o porque toque, porque, si no, estaremos haciendo igual que aquellos que usaban “vanas repeticiones y mucha palabrería”. Busquemos su rostro y no solamente pidamos y pidamos por nuestras necesidades porque “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Tengamos tantas ganas de pasar tiempo con Dios, o de interceder por alguien o algo, que nos olvidemos de comer, “y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Amén! Selah!

Bendiciones!^^

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