“24… y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”
“y le seguía una gran multitud, y le apretaban.” En cambio una mujer toca su manto y Jesús se da cuenta. Me imagino la escena: la multitud apretando a Jesús por todos lados y la mujer, agachada y evitando pasar desapercibida, acercándose a Jesús con alguna dificultad, creyendo que si tocaba solamente su manto, sería sanada.
Esta mujer, había pasado por manos de médicos, había probado de todo, y nada la había sanado. Sin embargo, esto no fue un impedimento para acercarse al Dios de lo imposible. ¿Cuántas personas estarían tocando a Jesús? Pues muchas, pero de Él no salió ningún poder. En nuestra vida muchas veces “apretamos a Jesús” Sabemos que Él está allí pero nos es indiferente y Dios no puede obrar en nosotros. Hagamos la diferencia, hermanos, acerquémonos a Jesús y toquemos su manto. Dejemos que Él obre en nuestras vidas y su poder se manifieste.
Puede que estemos en lunes, miércoles o sábado, pero recordad que el domingo siempre llega. En nuestra vida puede haber sufrimiento, tristeza, preocupación, puede que no entendamos muchas cosas. Pero Dios siempre da respuesta, Dios siempre da consuelo, Él siempre está ahí para levantarnos; el domingo siempre llega.
¡GRACIAS PAPÁ!
Bendiciones! ^^
No hay comentarios:
Publicar un comentario