viernes, agosto 29, 2008

Deléitate en el Señor

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
(Salmo 37:4)

El salmo 37 es de una profundidad asombrosa, por lo menos los primeros versículos. El Señor deja muchos tesoros en esos pasajes, que son todos nuestros. Pero esta vez me quiero fijar en este versículo solamente.
Para mí es el "cuadro" espiritual, o el "diagnostico" de un cristiano "enamorado" de Dios. En el primer amor. Se deleita en Jehová. Es una expresión algo rara, porque no dice: se deleita en hacer caso a Jehová, o en ser siervo de Jehová, sino que dice que en Dios mismo, uno se deleita. Esto deja entrever la potencia y magnificencia de Dios. Es un Dios tan grande (infinito para ser exactos), que nos podemos deleitar en Él, y eso implica todo: en Su Palabra, en hacer Su voluntad, en ser Sus siervos, en Su Espíritu Santo, y tantas otras cosas que Él quiere que hagamos. Lo más maravilloso aún es que si hacemos esto, y dejamos que nuestro ser quede rendido al Señor de señores y al Rey de reyes, además de este deleite continuo que tendremos que será como una espécie de paz, gozo, alegria, todo junto e inacabable, el Señor dice que nos dará los deseos de nuestro corazón, siempre y cuando sean voluntad del Señor y nos convengan, osea siempre y cuando vayan a hacernos bien.

¡Que tremenda maravilla! ¡Gracias al Señor por todo lo que nos da aun sin merecernoslo!
Que el Señor nos bendiga.
Amén.

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