Isa 55:1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
Isa 55:2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
Isa 55:3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
Esta primera parte es la que me a impactado al principio, ya que el Señor, en su infinita misericordia, nos ofrece TODO a cambio de nada. Con estas metáforas del agua, la comida, el vino y la leche, nos da a entender que Él nos puede cuidar, alimentar, y darnos todo lo que necesitemos, solo debemos ir a Él arrepentidos y humillados. Esto me recuerda al sacrificio y posterior regalo de la salvación que el Señor Jesús hizo.
Y también me deja muy claro que es un auténtico regalo, nosotros no debemos hacer nada de nada, Él nos lo da todo gratis. Es un don tan grande que nunca podremos llegar a agradecerselo lo suficiente al Señor. ¡Gracias al Señor por su misericordia!
Si reconocemos que somos pecadores y le aceptamos como Salvador, Él nos dará regalos tan inmensos que nunca sabremos como hemos podido vivir sin ellos.
Que el Señor nos bendiga, amén.
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