"Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios; Redimiendo el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor."
Hola. Hoy no soy Jordà ni Isma, sino que soy una amiga y hermana suya. Me pidieron si podía actualizar y os quiero compartir cómo me convertí y cómo ha sido mi vida desde ese momento.
Me convertí cuando tenía 10 años y mi abuela murió de Alzehimer. Yo nunca la había conocido sin esta enfermedad, pero le tenía muchisimo cariño. El día antes del entierro oré al Señor, reconocí que era pecadora y que Él había muerto en la cruz para salvarme y para que pudiera tener vida eterna. Fue el momento más importante de mi vida y sentí una felicidad que no había sentido nunca.
Unos años después, al entrar en la adolescencia, empecé a olvidarme de lo que era la Palabra y de lo que era estar en comunión con Él. Hice cosas que no estaban bien y me adapté a lo que era vivir en la simpleza del mundo y en todo lo que hay en él. En ese tiempo, aunque lo escondía, no me sentía bien conmigo misma ni con el Señor, ya que me avergonzaba de lo que estaba haciendo y intentaba escaparme como podía, aunque sabía que no podía. No era feliz.
Pasaba épocas en las que estaba algo mejor pero rápidamente el diablo sabía por dónde entrarme y volvía a caer en lo de siempre. Hasta que un día me di cuenta de que no podía seguir así. Oré al Señor y le pedí que, aunque yo no sabía cómo empezar, me diera fuerzas para salir adelante y volver a sus caminos. Y la respuesta llegó enseguida: de repente volví a tener las mismas ganas del principio de estar con Él y servirle y se me fueron las ganas de continuar haciendo todo lo que estaba haciendo en ese momento. El Señor me dio toda la fuerza que necesitaba y lo más importante: la verdadera felicidad. Hoy puedo decir que soy realmente feliz al lado de Dios y que nada ni nadie puede igualarse a esta sensación si no es viviendo por Cristo. Sólo tengo ganas de crecer más en Él y de poder hablar de Él a otras personas.
Como dice el versículo: seámos sabios y busquemos la voluntad de Dios. No importa todo lo que venga, sólo sabiendo que el Señor está con nosotros en TODO momento y que nos guarda en TODAS las situaciones podremos alcanzar la verdadera felicidad y lo más importante: servirle y vivir en Él.
¡Que el Señor os bendiga!
Me convertí cuando tenía 10 años y mi abuela murió de Alzehimer. Yo nunca la había conocido sin esta enfermedad, pero le tenía muchisimo cariño. El día antes del entierro oré al Señor, reconocí que era pecadora y que Él había muerto en la cruz para salvarme y para que pudiera tener vida eterna. Fue el momento más importante de mi vida y sentí una felicidad que no había sentido nunca.
Unos años después, al entrar en la adolescencia, empecé a olvidarme de lo que era la Palabra y de lo que era estar en comunión con Él. Hice cosas que no estaban bien y me adapté a lo que era vivir en la simpleza del mundo y en todo lo que hay en él. En ese tiempo, aunque lo escondía, no me sentía bien conmigo misma ni con el Señor, ya que me avergonzaba de lo que estaba haciendo y intentaba escaparme como podía, aunque sabía que no podía. No era feliz.
Pasaba épocas en las que estaba algo mejor pero rápidamente el diablo sabía por dónde entrarme y volvía a caer en lo de siempre. Hasta que un día me di cuenta de que no podía seguir así. Oré al Señor y le pedí que, aunque yo no sabía cómo empezar, me diera fuerzas para salir adelante y volver a sus caminos. Y la respuesta llegó enseguida: de repente volví a tener las mismas ganas del principio de estar con Él y servirle y se me fueron las ganas de continuar haciendo todo lo que estaba haciendo en ese momento. El Señor me dio toda la fuerza que necesitaba y lo más importante: la verdadera felicidad. Hoy puedo decir que soy realmente feliz al lado de Dios y que nada ni nadie puede igualarse a esta sensación si no es viviendo por Cristo. Sólo tengo ganas de crecer más en Él y de poder hablar de Él a otras personas.
Como dice el versículo: seámos sabios y busquemos la voluntad de Dios. No importa todo lo que venga, sólo sabiendo que el Señor está con nosotros en TODO momento y que nos guarda en TODAS las situaciones podremos alcanzar la verdadera felicidad y lo más importante: servirle y vivir en Él.
¡Que el Señor os bendiga!
1 comentario:
Gracies per escriure això, realment m'ha reconfortat molt i m'ha fet plantejar-me moltes coses.
Gracies
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