domingo, junio 08, 2008

Crucificados

Esta mañana, con una gran profundidad, en la iglesia han predicado sobre estos versículos, mi intención no es reproducirlo. El tema era el sentir de Cristo, que debemos tenerlo nosotros. Que no es propio nuestro y con nuestras fuerzas no podemos tenerlo, solamente cuando nos crucificamos al mundo y somos crucificados podemos tenerlo. Y ese sentir se manifestará unicamente, cuando sea el Espíritu Santo sin incursión del alma ni de nuestro Espíritu se manifieste. No se manifestará nunca en su totalidad porque entonces nos mataría dado que somos pecadores. En los versículos citados hay una escalera descendente Dios, siervo, semejante a los hombres, se humilló hasta que murió y murió en la Cruz. Esta descendencia acaba, tal como dice David en uno de sus salmos a decir que es gusano.En el momento que nos damos cuenta que no somos nada. Este es un resumen muy sintético de lo dicho.
Los versículos se encuentran en Filipenses 2 y dicen así:

Php 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:
Php 2:6 El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios:
Php 2:7 Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres;
Php 2:8 Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Php 2:9 Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre;
Php 2:10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra;

A mi me llamaba la atención el versículo 10. Lo importante que es doblarnos de rodillas, y no me refiero externamente, eso solo sirve para los hombres, sinó internamente, humillarnos ante Jesús, ante Aquel que nos salvó y nos ama, darnos cuenta que ante su presencia solo podemos decirle que nada somos y tal como dice Pablo inspirado en la epístola de los Romanos presentar nuestros cuerpos. Presentarnos a Él en santidad, habiendonos negados a nosotros mismos, reconociendo que no somos nada. Pidiendo que hagamos aquello que no queremos, que es lo que quiere el Espíritu Santo.

Bien hermanos espero que les sea de bendición

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