lunes, junio 16, 2008

Dejando atrás

Hay un tema que me está afectando tanto personalmente como a nivel eclesial como es el versículo siguiente:


DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones (1a. Pedro 2:1)

Ayer, Javier, en la iglesia compartió acerca de este versículo. Y bien, estoy seguro que fue el Señor quien lo usó porque realmente me tocó el corazón.
Dejando. Dejar algo, la pregunta es. ¿que? con lo cómodo que estoy yo aquí jugando al doble juego mundo iglesia. Vigilemos, porque tal como dice Santiago: Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Dejando toda malicia, que es eso de hacer lo malo, ¿acaso el Espíritu Santo nos deja? ¿o es que lo apagamos?

todo engaño. ¿Seguimos mintiendo y engañando en nuestra vida?

fingimiento. ¿Aún tenemos las caretas puestas? ¿seguimos aparentando?

envidia. ¿Le intentamos hacer daño a alguien por envidia? ¿envidia sana? ¿eso existe?

detracciones. Creo que es el punto clave. ¿Qué es eso de hablar por detrás de la gente? decidme, dicho con toda reveréncia, ¿el Señor Jesus lo haría? ¿Sabéis el daño que causa? os puedo asegurar que mucho porque yo he estado en los dos lados, en el que critica y en el que es criticado. ¿Que tiene eso de bíblico? ¿eso ayuda la iglesia? no hermanos! la mata! la destruye! cuando los hermanos se someten plenamente a la voluntad del Señor, por tanto, el Espíritu Santo se manifiesta con "un poco de potencia" ya no hay habladurias por detrás. La conversación gira en torno a Cristo y este crucificado.

Vigilemos hermanos porque cuando hacemos detracciones estamos haciendo actos que conllevan consecuencias y, la más importante, es el apagar el Espíritu Santo

Que el Señor os bendiga y que seamos capaces de tener una conversación en torno a Dios y a Su Palabra que es lo único que nos debe importar

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